Más apetito, más “picoteo” y menos ejercicio: las trampas que el invierno le pone a nuestros hábitos

Dejar de prestar atención a nuestro peso y a la buena nutrición cuando llegan los meses fríos para volver a preocuparnos recién en el verano para no lucir mal en vacaciones no es una buena idea para la salud.   

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Nutrición

El caso es que, aún cuando no seamos de esa idea, el invierno suele hacer que adoptemos hábitos capaces de tirar por la borda todo lo hecho durante el resto del año en materia de hábitos saludables: el frío termina siendo excusa para incorporar más y más calorías que el organismo después no consume y se nos transforman en exceso de grasa.

 

Aún sin que nos demos cuenta, de pronto notamos que la sensación de frío nos lleva a comer más, se incrementa el “picoteo” entre comidas y nos dan menos ganas de hacer nuestra rutina de ejercicios, y todo eso no tarda en notarse en la balanza.

 

 

Para tener una nutrición consciente es importante tener en cuenta ciertos hábitos:

 

 

1.      Respetar los horarios. Los días se acortan y nuestro apetito puede cambiar sus ritmos, pero es conveniente mantener tus horarios de desayuno, merienda, almuerzo y cena como referencia, porque cambiarlos (o incluso saltearse comidas) no es bueno para la incorporación de los nutrientes. Nuestro ritmo circadiano o “reloj biológico” demanda un tipo de nutriente a cada hora del día.

2.      La cantidad es importante. Aquí suelen aparecer las “trampas” del invierno, donde de pronto las porciones no cambian pero sumamos salsas para “entrar en calor”, y ahí termina estando la diferencia. Si alguna comida se vuelve más copiosa, es importante compensar con una ingesta menor la próxima vez.

3.      Lo que no debe faltar. No se trata simplemente de comer menos, sino de elegir los alimentos. Bajar la ingesta de carbohidratos es necesario, pero también lo es seleccionar qué carbohidratos comemos. Y la respuesta de los médicos es: siempre más verduras y menos comestibles procesados (harinas, dulces). Por otra parte, es imprescindible que mantengas el consumo de proteínas, que se encuentran en carnes, lácteos (no el duce de leche, que no es un “lácteo” sino un ultraprocesado a base de azúcar) y clara de huevo. Las proteínas son imprescindibles para el mantenimiento de la masa muscular, mientras que, de lo que se trata cuando 

 

 

 

Cuando hablamos de mantener un peso saludable es de evitar el exceso de grasa corporal.

4.      Mantener una rutina de ejercicio. La ingesta de proteínas es fundamental, justamente, si vas a mantener tus hábitos de actividad física (y, sobre todo, porque no debes dejarlos). Durante el invierno tenemos tendencia a comer más y movernos menos, y es eso justamente lo que lleva a nuestro cuerpo al sobrepeso, y a nuestro organismo a los trastornos metabólicos que nos predisponen a toda clase de enfermedades. Como mínimo, caminar media hora diaria. “El invierno no debería ser una excusa, pero mucha gente se vuelve más sedentaria en esta época del año”, señaló el Dr. Marcelo Suarez, médico clínico (M.N 73796) experto en conductas saludables. 

5.      No dejes incorporar “novedades” en tu dieta. ¿Probaste con las legumbres? Son una excelente fuente de carbohidratos de buena calidad (siempre preferibles a las harinas y los dulces), vitaminas y minerales, y pueden incorporarse a casi cualquier menú. Los pescados de mar aportan un perfil de grasas y proteínas más saludable que los de la carne y el pollo, pero en la Argentina se consumen muy poco… Innovar es fundamental para mantener una alimentación saludable, porque le añade a nuestra dieta “correcta” la carta del placer, y así todo es más fácil.

6.      Prever las colaciones (y evitar el “picoteo”). “Muchas dietas fracasan porque no integran alimentos que permiten compartir momentos con los amigos o la familia, o cuando están solos en casa y entra la ansiedad o el aburrimiento”, comenta el Dr. Suárez, Por esta razón Protéifine de sarrolló una completa línea de snacks saludables que hoy cuenta con más de 50 opciones (incluyendo galletitas, chocolates, fajas tipo pizza, y una novedad: chips de crema y cebolla), que podés tener a mano para tus colaciones sin preocuparte por romper la dieta. ¿Qué tienen de especial estos snacks, además de ser deliciosos? Que todos cuentan con un aporte muy bajo de carbohidratos y grasas, a la vez que contienen proteína de alta calidad nutricional (además de otros nutrientes, como omega 3 o aminoácidos, según el producto).

7.      Hidratate siempre. Asociamos la sensación de sed más frecuentemente con el calor veraniego, pero lo cierto es que el organismo necesita hidratación permanente todo el año. Eso sí: no lo hagas con gaseosas. Nada como el agua (más de un litro al día), que además es fundamental para mantener limpio todo el tracto digestivo y eliminar toxinas. Una buena opción son las infusiones, aunque conviene evitar, por ejemplo, el exceso de café. Es necesario recordar  que mientras se pueda elegir el menú es importante respetar los horarios –que son los horarios del ritmo biológico de nuestro organismo–  será más fácil mantenerte saludable y no caer –o recaer– en hábitos que después es muy difícil modificar. 

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