Urge normativa nacional para proteger los humedales, aseguran desde CONICET

Hoy se conmemora el Día Mundial de los Humedales y el CONICET lamenta que "desde 1.970 y 2015 se redujeron los humedales".

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Humedales con diversidad biológica. Crédito: Horacio Torres

La recordación se debe a que desde que se instaló el tema de considerar la importancia del agua dulce por primera vez en el mundo. 

Con la firma del Convenio sobre los Humedales  en Ramsar, Irán; el 2 de febrero de 1971 se busca generar conciencia para el cuidado de los humedales, como ecosistemas con gran variedad biológica,reguladores del ciclo del agua y del clima, generadores de recursos hídricos para abastecimiento de agua dulce y constituyen zonas de uso para actividades humanas como el turismo y la pesca. 

La Convención de Ramsar tenía como objetivo establecer lineamientos concretos para la protección de estos ecosistemas, que son reservas de agua dulce que representan el 2,5 % de la totalidad del agua de la tierra.

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Humedal  CréditO Horacio Torres

Este dato revelador implica que la protección de los humedales se debe efectivizar en carácter prioritario y urgente. Fundamentalmente porque desempeñan un rol clave en la mitigación del cambio climático, y en la captura del carbono de la atmósfera.

Sin embargo, hasta la actualidad, los humedales continúan sufriendo los impactos de la agroindustria, la minería y la industria inmobiliaria en todo el mundo. Se estima que entre 1970 y 2015, la extensión de los humedales en el mundo disminuyó un 35%, tres veces más que los bosques en dicho período.

En nuestro país la situación también es crítica. Los humedales cubren aproximadamente el 21% del territorio, pero a la fecha no existe una normativa nacional enfocada en su protección y preservación.

Los humedales de nuestro país son diversos. Ejemplos de estos ecosistemas son el Delta del Paraná, los Esteros del Iberá, los glaciares, las costas marinas bonaerense y patagónica, las salinas, las lagunas altoandinas y las turberas de Tierra del Fuego.

Según el investigador principal del CONICET, y especialista en humedales doctor Rubén Darío Quintana, “Actualmente se habla mucho de la perdida y degradación de bosques, pero mayor es la tasa de perdida de humedales, tanto que entre 1970 y 2015 hubo una disminución de humedales, tres veces mayor que la perdida de bosques naturales en el mundo, mayoritariamente asociados a procesos de urbanización del planeta. En el siglo XX la Convención Ramsar advierte por la pérdida de humedales a nivel mundial, que ronda el 70 %, con valores aún mayores en Asia. Entre 1970 y 2015 se registró un descenso global de aproximadamente un 35 %, más de tres veces la tasa media anual de perdida de bosques naturales. Esto nos da una idea de la magnitud que tiene esta degradación y que se ha acelerado a partir del año 2000”.

“Entre las principales causas de degradación en nuestro país podemos encontrar el avance de la frontera agrícola, la sobre explotación de los recursos naturales, e introducción de especies invasoras, urbanizaciones, minería, viaductos, carreteras, represas, etcétera”.

A modo de ejemplo Quintana reseñó que en el bajo delta del Paraná, entre 1999 y 2013 se perdieron 88500 hectáreas de humedales. Eso equivale al 42 % del territorio, que se convirtió en forestaciones o pastizales ganaderos asociados a obras de manejo de aguas como terraplenes o endicamientos.

“En argentina los humedales ocupan más del 21 % de la superficie del territorio. Los humedales proveen importantes servicios ecosistémicos a la sociedad, en primer lugar porque son reservorios de una alta biodiversidad, porque albergan el 40 % de las especies mundiales y el 12 % de todas las especies animales. En algunos casos con alta concentración de individuos, como el delta del Misisipi, donde pasan por año unas 100 millones de aves”, destaca.

Los humedales son proveedores de una gran cantidad de servicios ecosistémicos, tanto que en 1997, investigadores determinaron que los humedales suministran un total del porque albergan el 40 % de las especies mundiales y el 12 % de todas las especies animales. En algunos casos con alta concentración de individuos, como el delta del Misisipi, donde pasan por año unas 100 millones de aves”, destaca.

Los humedales son proveedores de una gran cantidad de servicios ecosistémicos, tanto que en 1997, investigadores determinaron que los humedales suministran un total del 40% de los servicios con los que contribuyen todos los ecosistemas del planeta. 

Para finalizar el investigador aporta un dato altamente significativo: “El otro gran beneficio de los humedales es su capacidad para la mitigación del cambio climático, porque son el principal reservorio de carbono a escala global (Patterson 1999). Los humedales retienen 770 gigatoneladas, contra 428 Gt de los Bosques Tropicales; 159 Gt de los Bosques Templados y 150 Gt que producen los agroecosistemas”.

El no es mejor a nivel nacional

El Delta del Paraná fue el más afectado durante el 2020. Los incendios allí fueron constantes a lo largo del año y afectaron a más de 300.000 hectáreas.

¿Quiénes son los responsables de este ecocidio? Según reportes oficiales, el 95% de los incendios son provocados, sea por intencionalidad o negligencia.

El Delta del Paraná ha sufrido durante décadas los impactos de la industria agropecuaria e inmobiliaria, principalmente.

El Delta ha sido intervenido a través de endicamientos (diques artificiales para obstruir el paso del agua) y terraplenes (rellenado de terrenos para elevarlos) que modifican el humedal para proyectos agropecuarios, forestales y urbanísticos, como countries y barrios cerrados.

La producción agropecuaria intensiva ha generado cambios en el uso de suelo y, por ende, la degradación de sus funciones como ecosistema.

El desarrollo inmobiliario sobre el Delta también genera cambios profundos e irreversibles en el humedal. Según datos de Fundación Humedales de 2018, se registraban 543 urbanizaciones cerradas, construidas y proyectadas en el Delta del Paraná y en las planicies de inundación de los ríos y arroyos.

El escenario actual es claro: el Delta del Paraná, como todos los humedales de nuestro país, está vulnerabilizado por estas industrias. Necesitamos resguardar nuestras reservas de agua dulce. Por ello, necesitamos de forma urgente la sanción de una ley que proteja a los humedales. El bienestar de nuestros recursos hídricos depende de ello.


 

Fuente: Dr. Especialista en Humedales del Conicet, Rubén Darío Quintana / Leonel Mingo, Coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace.

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