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Evalúan viabilidad para producir caña de azúcar en el norte argentino

El estudio evalúa el rendimiento y calidad de diez variedades de caña de azúcar, destacando su potencial para a producción agrícola regional.

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Producción de caña de azúcar en el NEA

Como parte de un trabajo de Tesis de Grado realizado en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, se evaluó el rendimiento y calidad de diez variedades de caña de azúcar.

 

Un estudio  analiza el rendimiento y calidad de la caña de azúcar en el norte de la provincia de Corrientes, arrojó como resultado que el cultivo es altamente viable, no solo para propósitos forrajeros, sino también para aplicaciones industriales, tales como la extracción de sacarosa, la producción de azúcar y la fabricación de bioetanol.

La investigación, realizada por José Francisco Méndez como parte de su trabajo final para graduarse como Ingeniero Agrónomo en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), reveló que este cultivo tiene un gran potencial tanto para la alimentación animal como para su uso en la industria.

El estudio compara diez variedades diferentes de caña de azúcar, evaluando su rendimiento y calidad en las condiciones específicas del norte de Corrientes. Los resultados mostraron que, incluso en un año con poca lluvia, algunas variedades lograron una producción superior al promedio nacional.

 

 

Para contextualizar la trascendencia del trabajo de tesis, se debe tener en cuenta que Corrientes es la cuarta provincia en producción ganadera a nivel nacional, con un stock de 4,7 millones de cabezas y aproximadamente 6,3 millones de hectáreas dedicadas a la producción bovina. Pero dado que más de 20 mil productores poseen menos de 300 cabezas y hacen una ganadería casi de subsistencia, es necesario acercarles herramientas tecnológicas de gestión que les permitan incrementar su nivel de producción que es bajo, tal el caso de la producción de caña de azúcar forrajera, suministrada en fresco o ensilada para cubrir el bache invernal, cuando cobra vital importancia.

 

 

El trabajo, cuyo título es “Componentes numéricos determinantes del rendimiento y la calidad de diez variedades de caña de azúcar (Saccharum officinarum) cultivadas en Corrientes con destino forrajero”, contó con la dirección y asesoramiento de la ing. agr. (Mgter) Ángela Burgos, docente investigadora en la Cátedra Cultivos III de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE.

 

 

La variedad FAM 08-241 se destaca por su alto rendimiento, produciendo 74.580 kilos por hectárea. Esta cifra supera ampliamente el promedio argentino de 48.000 kilos por hectárea, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para el año 2022.

 

 

En cuanto a la calidad nutricional, especialmente importante si se piensa usar la caña como alimento para animales, las variedades FAM 05-460, FAM 05-691 y FAM 01-1505 muestran los mejores resultados. Estas variedades tuvieron significativamente mayor contenido de proteínas en comparación con las demás, que rondó en 3,14%.

 

 

Otras cuatro variedades tuvieron importantes aportes de fósforo respecto de las demás con 0,11% y no se encontraron diferencias entre variedades en los contenidos de Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg) ni en el Total de Nutrientes Digestibles (TND) cuyos valores porcentuales promedio fueron 0,53; 0,56; 0,14 y 78 respectivamente.

 

 

El estudio se llev a cabo en el Campo Didáctico Experimental de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, ubicado junto a la Ruta Nacional N°12, en el kilómetro 1031, en el Departamento Capital de Corrientes. Esta zona tiene un clima húmedo, con una temperatura promedio anual de 21,6°C y lluvias que normalmente alcanzan los 1300 milímetros por año.

 

 

El suelo donde se realizó el experimento es arenoso y tiene baja fertilidad natural, pero responde bien al agregado de nutrientes. Este tipo de suelo se considera muy adecuado para el cultivo de caña de azúcar cuando se aplican técnicas de manejo modernas.

 

 

Los investigadores plantaron diez variedades diferentes de caña de azúcar, cada una en dos hileras de 10 metros de largo, separadas por 1,6 metros entre sí. La plantación se hizo en junio de 2022, poniendo 30 "yemas" (partes de la planta que pueden brotar) por cada metro lineal de surco.

Durante el crecimiento de las plantas, que duró 15 meses hasta la cosecha de la caña planta (1ra cosecha), se midieron diferentes variables como la cantidad de brotes, el número de tallos maduros, el peso de los tallos, su altura, el porcentaje de materia seca, el porcentaje de radiación incidente interceptada por el cultivo, el tiempo térmico acumulado en grados días y la cantidad de nutrientes que contienen (nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y proteína bruta), tanto como valores calculados de rendimiento cultural,  digestibilidad, total de nutrientes digestibles y energía digestible.

 

 

Un factor importante que afectó el cultivo fue la falta de lluvia. Durante el período de mayor crecimiento de las plantas, entre diciembre de 2022 y abril de 2023, solo llovió 444 milímetros, menos de la mitad de lo que el cultivo normalmente necesita en esa etapa.

 

A pesar de la sequía, los resultados resultan sorprendentemente buenos. En promedio, las plantas producen 52,37 toneladas por hectárea, superando el promedio nacional. Algunas variedades incluso llegaron a producir 72 toneladas por hectárea, casi igualando el promedio mundial.

 

 

El estudio también muestra que la caña de azúcar cultivada en estas condiciones tiene buenas características para ser utilizada como alimento para animales. Las plantas muestran ser fáciles de digerir para el ganado, con un 70% de digestibilidad, mucho más alto que el 20% que se suele encontrar en otros estudios y 27% de materia seca.

 

 

Además, la caña cultivada en este experimento tuvo menos fibra de lo habitual, lo que la hace más nutritiva. El contenido de fibra es importante porque afecta cuánto alimento puede comer un animal y cuánta energía obtiene de él.

 

 

Estos resultan prometedores para los agricultores de Corrientes, sugieren que, eligiendo las variedades adecuadas y aplicando buenas técnicas de cultivo, se puede producir caña de azúcar de alta calidad en la región. Esto podría abrir nuevas oportunidades tanto para la alimentación animal como para la industria, incluyendo la producción de azúcar y bioetanol.

 

 

Debido a que el principal enfoque de la producción de esta planta en el Gran Norte Argentino es la obtención de azúcar, se cuenta con escaza información respecto a las variedades utilizadas con fines forrajeros y de los rendimientos obtenidos particularmente en el NEA.

 

 

Dada la inexistencia de ingenios y de destilerías en la región, los sistemas de producción de caña de azúcar podrían orientarse concretamente a generar biomasa para satisfacer la demanda de forraje durante el bache invernal, dada la aptitud agroecológica

 

 

El estudio destaca la importancia de seguir investigando para encontrar las mejores variedades y métodos de cultivo para las condiciones específicas de Corrientes. Con más investigación y desarrollo, la caña de azúcar podría convertirse en un cultivo aún más valioso para la economía de la región.

 

 

La investigación del ingeniero Méndez demostró que la caña de azúcar tiene un gran potencial en Corrientes, tanto para uso forrajero como industrial. A pesar de enfrentar condiciones climáticas desafiantes, algunas variedades muestran rendimientos excepcionales y buena calidad nutricional. 

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