Tania no lo sabe. Pero en su genealogía -como la de la gran mayoría de los yaguaretés del Gran Chaco Argentino- hay historias de muerte y desencuentros. De cachorros huérfanos que perdieron a sus progenitores a mano del cazador y de crías separadas que terminaron en distintos zoológicos, en algunos casos, como sus bisabuelos en el pasado.